vacaciones...

...el poder coger un avión y plantarme en la otra punta de la península me permite ver cuan cansado me encontraba... llevo unos días relajado, durmiendo sin ruido y en calma, escuchando las voces de mis ahijadas levantarse por la mañana para ir al colegio mientras yo sonrío tumbado aún en la cama...

...hoy invito a personas que quiero a este espacio, les invito a conocerme de otro modo, pues aún cuando los veo con frecuencia, no siempre es fácil explicar con palabras algunas de las cosas que pasan por mi cabeza y mi corazón... os quiero.

noches de marcha...

...a veces me da la impresión de que las noches de fin de semana acaban conviertiéndose en una simple búsqueda de compañía fugaz...

feria...

...los zapatos llenos de albero me recuerdan las noches pasadas en la feria...

...mis piernas cansadas me recuerdan las sevillanas bailadas...

...el dolor de cabeza me recuerda el rebujito bebido...

...y la sonrisa me recuerda lo bien que me lo he pasado...

...el año que viene más...

lágrimas guardadas...

...mientras todos los pasos seguían el féretro del abuelo de mi mejor amigo, mis pasos cambiaron solos de rumbo y se dirigieron a la tumba de mi propio abuelo... me perdí entre las tumbas, encontrándome un trozo de jardín sin el cuidado del jardinero, donde florecían margaritas que nadie había plantado... corté una con mis manos y continué la búsqueda de mi abuelo...

...caminando entre los nichos recordé algunos recuerdos del nieto que fui... algunos ya borrosos y envejecidos por el paso del tiempo, y otros más nítidos unidos a las fotos antiguas que he visto…

…poco a poco me fui conectando con los secretos de su muerte, una vida suicidada, que me impidió disfrutarlo más… y al encontrarme con su nombre inscrito en el mármol, mis lágrimas rodaron sin contención, como hacía mucho que no lo hacían…



Ayer le dije a mi madre que puse una flor en la tumba de mi abuelo y me dijo: es increíble que aún siga allí, pues nos avisaron para moverlo y nunca fuimos…

…estoy seguro de que no se ha movido porque yo aún no lo había llorado sin los secretos desvelados…