...últimamente he cambiado mi faceta de escribiente por el de porteador de palabras... ya no me siento a escribir frente al ordenador, sino que como un caracol voy de un sitio a otro, en bicicleta, andando o en autobús, generando pequeñas ideas sobre el mundo, la sociedad o mi vida, que poco a poco voy acumulando en mi interior...
... luego, al atardecer, llego a casa, abro la puerta, y al fundirme en un abrazo con eva, siento como por los bolsillos de mi abrigo se desbordan las palabras que he ido recogiendo a lo largo del día... caen al suelo y me desnudan de ideas, quedando mi cuerpo abrigado por el calor de la felicidad compartida...
...siento no escribir tan a menudo... no sabía que la felicidad ocupaba tanto tiempo...
